La meritocracia, utopía inoculada por un sistema alejado de la igualdad

La meritocracia es un término contemporáneo que se refiere a ese sistema utópico en el que prima el mérito como base imperativa del sistema donde brillan l@s mejores como explicación de funcionamiento profesional, pero cuando analizas datos reales en relación a brechas salariales y cargos de poder compruebas que sobra palabrería, hay mucha desigualdad y falta acción.

Desde luego la realidad -distópica en muchos sentidos- es que por mucho talento que tengas, por mucha trayectoria profesional demostrable que poseas, no es suficiente si te mueves en entornos con predominancia masculina. Así que más abajo te abro una polémica del 2021 suscitada por declaraciones del humorista Flo, vivencias mías con el machismo en la música y sitios donde poder consultar datos reales sobre brechas salariales, presencia de la mujer en entornos profesionales, etc.

Te invito a leer más artículos reflexivos como El código postal marcando tu futuro o La homosexualidad regresando al armario o Carta para cuando crees que ya o hay salida: me importas, llama al 024.

BSO para leer «La meritocracia, utopía inoculada por sistema alejado de la igualdad»

«To the skies from a hillside» de Maybeshewill, porque la pieza instrumental cuenta con pasajes recrudecidos que sirven para canalizar la rabia que me despierta abordar este tema de la meritocracia.

Recuerda que puedes dar al play y leer a la vez el contenido con la música de fondo, o bien leer el contenido y después escuchar la pieza sugerida.

En cualquier caso, por favor, o te vayas sin haber reproducido este corte instrumental porque enfatiza el mensaje erlexivo a trasladar:

¿Cómo se define la meritocracia?

La meritocracia ​​​​​o gobierno de los mejores es una forma de gobierno basada en el mérito. Las jerarquías son conquistadas por el mérito, y hay un predominio de valores asociados a la valoración de la capacidad individual frente a los demás y por tanto del espíritu competitivo.

Wikipedia

Según Wikipedia ya has leído lo que idealmente es, pero en base a lo que realmente ocurre lo defino así: término utópico al que se aferran quienes forman parte del sistema machista más profundo, donde la endogamia profesional perpetuada desde tiempos ancestrales de compadreo/amiguismo máximo lastran la valía profesional demostrada y comprobable de mujeres que puedan hacer sombra a defensores de la meritocracia ideal segmentada a conveniencia.

Así que no es de extrañar que quienes defienden el sistema utópico también lo empleen para justificar una vez más que nosotras somos las que a lo mejor no valemos, y por eso no llegamos donde deberíamos por méritos y talento… -más de lo mismo, vamos-.

Cuando famosos se suben al carro de la defensa de la meritocracia

En 2021 el humorista Florentino Fernández (Flo) habló sobre talento y género en la comedia en una entrevista para El Mundo (puedes leerla al completo AQUÍ) refugiándose en el amparo de la meritocracia, y aquello causó gran polémica. En concreto esto es lo que respondió a la pregunta formulada por El Mundo «Hace poco, un local de comedia dijo que casi no contrataba mujeres porque son menos graciosas. ¿Sigue siendo el de la comedia un mundo machista?»:

No, yo creo que si no hay más mujeres no es una cuestión de sexos sino de talento. Da igual el sexo o la raza. Luego hay pequeños oasis en los que el talento aflora mucho más. Indudablemente en Andalucía hay un talentaco de la hostia porque hay muchas horas de sol y un ambiente de la hostia. Si te vas a Dinamarca, no hay cómicos, porque está todo oscuro y la gente está casi que a ver qué puede hacer para no suicidarse, montan maquetas en el salón o lo que sea. El que tiene talento, aflora. Hemos tenido grandes cómicas en la historia de España y si ahora hay menos, pues bueno, tampoco hay cómicos niños o ancianos.

Respuesta de Florentino Fernández en El Mundo.

Él aún cree en este sistema utópico donde el talento aflora y se reconoce -al menos eso interpreto tras leer varias veces respuestas-, además de negar el machismo flagrante que existe en cualquier ámbito artístico -y el espectáculo de humor también forma parte de ese gremio- aunque de manera un tanto disimulada que despista en cierto modo, pero el tortazo de realidad que vivimos muchas mujeres sin duda deja claro que vivir en ese prado verde «inocente» de pensamiento significa que se encuentra en un paraje profesional idealizado formando parte del sistema en el que nunca encontró trabas como las que afrontamos muchas de nosotras.

Así que es lógico que piense de esta manera, pero ese sistema es machista aunque es posible que no lo sepa o que lo sepa pero no quiera cambiar porque está a gusto con su sistema de creencias… Aquí lo importante, creo sinceramente, es comprender la importancia de la reeducación para dejar atrás conceptos inservibles que deben ir desapareciendo de la sociedad para salir de esos sistemas de creencias que impiden avanzar hacia la igualdad real. De corazón quiero creer en que Flo no es machista, pero sus declaraciones posteriores tras esa pregunta desde luego pusieron el foco en lo contrario… Resulta que el periodista le preguntó inmediatamente después «¿De verdad crees que es sólo cuestión de talento?» y él respondió:

Yo creo que sí. Lo que pasa es que cada uno luego reivindica su historia. «Es que tenían que contratar más mujeres». Bueno, pues si tienen talento que las contraten y, si no, pues no. Igual que a los hombres. No me parece cuestión de decir que hay que contratarlas porque esto tiene que ser así. Que sí, que nuestra historia es heteropatriacal, el hombre y tal y cual, pero es algo que hemos heredado y vamos a cambiarlo pero hasta donde podemos y al ritmo que se puede. Es como el franquismo: lo tuvimos 40 años y no somos Francia, somos España. Sin franquismo, pues hubiéramos leído más. Este tipo de reivindicaciones están muy bien, porque de vez en cuando hay que recordar que tiene que haber una paridad y que todos debemos tener las mismas oportunidades, pero luego tienes que demostrar que puedes estar a la altura.

Florentino, respuesta en El Mundo

Mi asombro entonces sigue siendo el mismo de ahora, y es que no es la primera vez que leo o escucho a gente conocida, famosa, de cierta reputación -y con ello ejerciendo cierta influencia en un determinado número de público- defender ideas que en cuanto asoman datos reales inhabilitan cualquier especulación informativa lanzada y lastrada por creencias personales, signos políticos, condiciones sociales, etc.

El artículo de opinión de Nerea Pérez, escritora del libro «Feminismo para torpes»

Hay un párrafo en ese artículo de opinión de Nerea Pérez (autora del libro «Feminismo para Torpes») respondiendo a las declaraciones de Florentino Fernández mucho mejor que yo, y que lejos de ser un «zasca» es en realidad una explicación pedagógica importante y necesaria de mostrar a quienes siguen pensando que ¿NO HAY MACHISMO?… ¡SÍ LO HAY, EN TODAS PARTES! y la narrativa espectacular de Nerea despertó en mí un recuerdo permanente, aun supurando desde el año 2011, porque fue una situación -de las primeras- girando en torno a las trabas que se nos ponen y que podrás conocer más abajo. El párrafo literal es el siguiente:

A algunos con talento mediocre les favorece un compadreo milenario, un entramado sólido de complicidad y reconocimiento mutuo, un pacto tácito pero poderoso que deja fuera a mucha gente. A otras de talento notable las lastran los prejuicios, las dificultades para moverse en entornos diseñados para menospreciarlas, expulsarlas o sencillamente jamás llegar a darles la oportunidad. En este caldo estamos nadando desde que nacemos. El talento bastaría, Flo, ¡pero es que el mundo es un lugar tan feo! Lee el artículo completo publicado en El País, recomendadísimo.

Nerea Pérez en El País

Una sensación de impotencia afloró al rememorar cómo en un periódico gratuito donde trabajé un año entero casi al inicio de mi actividad profesional creando contenido en plano musical/cultural se me pidió que bajara el nivel de mis textos porque aunque cumplía con todas las pautas a nivel editorial desde el principio -y se me había felicitado con cada número en el que aporté contenido- destacaba sobre las demás personas...

Entonces reaccioné negándome, por supuesto, porque hacerlo implicaba renunciar a la naturaleza de mis textos -que siempre cuido y a los que siempre me entrego a nivel profesional al mil por cien-. Esa negativa no hizo mucha gracia… Supongo que ese fue le punto de inflexión que generó acabar abriendo mi blog de Distrito Uve para dar rienda suelta a mi libertad en redacción creativa y terminar marchándome del periódico unos pocos meses después, así que aprendí mucho de aquella experiencia profesional y agradecida por ello, pero sigo preguntándome porqué no se le pedía a las demás personas que subieran la calidad en sus textos. Después llegaron más situaciones machistas, porque el ámbito cultural musical es un nicho de machismo enorme.

¿Qué genera defender ideas utópicas por parte de gente famosa?

Las personas defendiendo una situación que no atiende a la verdad, demostrable con hechos, hacen un flaco favor a la realidad imperante y también perjudican a 2 partes protagonistas cruciales:

  1. A la sociedad, que percibe sus palabras como verdad indiscutible porque lo está diciendo una persona influyente.
  2. Al gremio, que respeta su figura profesional con décadas de experiencia acatadas como solvencia suficiente para darle la razón aunque no la tenga.

Así que básicamente lo que genera es perpetuar falacias, como aquella del ámbito musical que dice que «si no hay casi mujeres en carteles de festivales y conciertos es porque estadísticamente hay menos mujeres en la música que hombres», cuando lo que en verdad ha pasado y sigue ocurriendo es que estadísticamente lo que no ha habido son ganas por buscarlas e integrarlas en carteles…

Para combatir esas falacias manteniendo sistemas machistas en Industria Musical nació el Censo Riot Girl que en su momento de publicación -2018- ya nació con más de 600 opciones y terminó en 2021 con más de 1500 opciones con integrantes femeninas.

Mi experiencia con el machismo en la música

En el gremio de Industria Musical conozco compañeras que lo han pasado muy mal, y yo he vivido situaciones de machismo y micromachismos que he ido identificando con el paso del tiempo -al principio los tenía normalizados…-. Si me pongo a recopilar todas las situaciones acontecidas resulta que dan para un libro -y sí, en algún momento lo escribiré-.

Y es que desde «compadreos» mermando intervenciones profesionales, pasando por mansplaining en ámbitos que domino perfectamente como la comunicación digital -y viniendo de una persona sin idea al respecto, ¡ojo al dato!-, ninguneos ante crónicas de conciertos poniendo en duda mi valía por estar escribiendo sobre metalcore, deathcore, etc. con frases como «¿qué hace una chica hablando de esta música que es de tíos?» hasta recibir «advertencias» -que eran amenzas- en dos ocasiones si hablaba públicamente sobre esas «adevertencias» recibidas…

Primero en 2013 vía emails de un personaje de Valladolid que guardo a buen recaudo y que estuvieron a punto de llegar a la Guardia Civil vía denuncias telemáticas. Al final entró en razón porque su socio le convenció de dar de baja mi perfil en su plataforma -que estaba bloqueada con un mensaje de incumplimiento de normativa que era falso- pero pasaron varios meses. No tienen desperdicio correos de mayo 2013 donde dice que Valladolid es pequeña y que nos acabaremos encontrando, o cómo pone a parir mi blog y mi trabajó «gratis» en aquella comunidad durante 2 años. La realidad es que abrí campo estatal porque en mi ciudad sufrí veto silencioso o veto velado -como prefieras denominarlo-; tenían contactos veteranos que me dejaron de hablar…

Y otro caso fue en 2018 cuando un impresentable me dejó a deber una factura de casi 600€ por crear contenido en su blog, y ante mi reclamo formal vía burofax generó emails que también guardo a buen recaudo con frases como «si hablas no vuelves a trabajar en la música» y que derivó en denuncia vía proceso monitorio. Y en el último lustro igualmente he seguido teniendo vivencias a modo de micromachismos o machismos de diverso tipo intentando vetar de manera velada, poniendo palos en las ruedas… Pero lo que no te mata te hace más fuerte.

Sí hay machimos, no funciona la meritocracia y los datos están para conocerlos y reflexionar

Desde luego que sí, querida sociedad que aún sigue creyendo que no hay machismo en sus gremios: lo hay y además en todas partes en mayor o menor medida. Y no lo digo yo: lo dicen datos provenientes de encuestas públicas y entidades privadas.

Hay análisis como los ejecutados vía observatorios de la mujer que hay por diversos puntos geográficos y asociaciones como MIM, Mujeres en Industria Musical de la que soy socia desde 2019 -y orgullosa de serlo por todo lo que hacen desde que empezaron- donde plasman resultados escalofriantes sobre brechas salariales. Echa vistazo al II Estudio de Género en la Industria de la Música (2022).

Pásate por cualquiera de ellos y comprueba. También tienes Malasmadres haciendo una labor fascinante en busca de legislación que ayude a conciliar, entre otros detalles importantes en busca de igualdad. No hay nada mejor que poner el foco en lo que no funciona bien para analizarlo y buscar soluciones, pero ante todo primero debe haber una reeducación para comprender que existe un problema. Yo sigo reeducándome, y deseo con fuerza que cada vez seamos más, de la mano, como está ocurriendo desde hace años. Sigamos.

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